Para nuestra sorpresa, las mazorcas obtenidas no eran de un único color, sino que predominaba el plantado pero con alguos granos de los otros tonos sembrados simultaneamente, que si bien le daban un aspecto pintorezco, no era el objetivo buscado. Al haber plantado los tres tipos de semillas a la vez, la polinización había cumplido con su rol y se entre mezclaron las distintas genéticas. El resultado es parte de la experiencia que vamos obteniendo de trabajar la tierra. Así, para las siguientes siembras, tendremos en cuenta no plantar los diferentes tipos de maíz a la vez, si no escalonados en el tiempo para evitar el cruzamiento de variedades.